Tuxtla Gutiérrez, Chiapas,
a 20 de octubre del 2015.
La osteoporosis es una enfermedad del metabolismo del hueso
que se caracteriza por la disminución de la masa ósea y deterioro de la
arquitectura ósea, que conducen a la fragilidad del hueso con un consecuente
incremento del riesgo de fracturas.
El 20 de octubre es el Día Mundial de la Osteoporosis, y es
el día propicio para difundir datos y
recomendaciones sobre esta enfermedad a la que no se le presta la debida
atención, ya que los cuidados para
prevenirla deberían empezar en la infancia y continuar durante toda la vida.
Maria Antonia Aguilar Escobar, jefa del Departamento de
Trabajo Social y encargada de los programas preventivos de salud PrevenIMSS de
la Unidad Médica Familiar (UMF) No. 25 del Instituto Mexicano del Seguro Social
(IMSS) en Tuxtla Gutiérrez, explicó que las personas que ya han sido
diagnosticadas de osteoporosis conviene que tengan en cuenta estas
recomendaciones dietéticas que les ayudarán a mejorar su estado de salud
general y evitar fracturas y caídas.
Recomendó que el consumo de leche es primordial para mejorar
a la fortaleza ósea; recomendó que ésta esté enriquecida con vitamina D y
calcio; en el caso de no tolerarse los lácteos, el médico puede prescribir un
suplemento de calcio.
Se sugiere tener un aporte correcto de proteínas, pese a que
el consumo recomendado de proteínas se encuentra en 0,8 g proteína/kg peso/día,
la alimentación occidental es excesiva en proteínas. Sin embargo, muchos
adultos mayores no consumen suficiente proteína por lo que hay que prestar
especial atención a su alimentación.
En caso de sobrepeso y obesidad, es necesario seguir una
pauta alimentaria controlada en calorías para reducir el peso y así evitar una
carga excesiva en los huesos y articulaciones, evitando el exceso de fibra y
oxalatos -presentes en espinacas, acelgas, remolacha, ruibarbo, cacao o algunas
setas- en la alimentación, ya que éstos reducen la absorción intestinal de
calcio.
De ser posible, es recomendable limitar el consumo de sal en
las comidas, así como alimentos que la contengan en exceso como embutidos,
conservas, y precocinados; llevar una ingesta moderada de flúor, por ejemplo a
través de aguas fluoradas, con beneficios para la estructura ósea.
Y en los meses de invierno o zonas con poco sol se aconseja
un aporte extra de vitamina D; así como favorecer la práctica de actividad
física, ya no solo para mantener un peso saludable, sino para fortalecer tanto
musculatura como incrementar la masa ósea.
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