viernes, 11 de diciembre de 2015

Columna periodística: SEMÁFORO.

“¡CARTERO!... ¿Y MI REGALO?” INTERESANTE REFLEXIÓN-CRITICA DE PRISCILA.

Exal Baltazar Juan Avila/APyPM

VERDE.
Una interesante reflexión sobre el servicio que otorga Correos de México llamo poderosamente mi atención especialmente por la dinámica en que está escrito y que se aprecia en cada una de sus letras dibujos plasmados. Priscila Villalobos de 23 años de edad, reflexiona y combina a la perfección una crítica sobre este servicio que todos utilizamos algún día. Leamos pues lo siguiente:

“En la época prehispánica cuando el emperador de alguna región contenida en lo actualmente conocido como República Mexicana, deseaba algún artículo enviaba alguien a conseguirlo, así fuera de punta a punta o del centro de Tenochtitlán al sur del hoy puerto de Veracruz, el encargo debía estar en manos del gobernante lo más pronto posible. El susodicho mensajero iba a pie y corríjanme si me equivoco, corriendo, sin zapatos como los que hoy utilizamos; tenía que complacer a su señor, de lo contrario algunas cabezas rodarían.

Con la llegada de los españoles y el paso del tiempo, todo cambió. En la actualidad ya no existen esos fornidos mensajeros de velocidad insólita, ahora contamos con Juan, Pedro y Pepe el cartero en su bicicleta, moto o la camionetita del correo; claro, hay sus variables, así como existen diversos servicios de correspondencia y paquetería, varias calidades, tiempo de entrega y obviamente muchos precios.

AMARILLO.
Tratándose de las compras por internet existen grandes riesgos, si somos susceptibles de las estafas y productos de mala calidad mientras estamos en un establecimiento físico, no se puede esperar menos del internet. El vendedor te puede decir santo y seña del producto pero eso no significa una venta real, poco a poco se van creando pequeñas mafias al respecto; Corre el rumor en las redes sociales, sobre la existencia de un conjunto de “vendedores” cuyas fotografías de los artículos mostradas son totalmente falsas, sus calificaciones positivas y recomendaciones también, todos están comunicados y se ponen de acuerdo para embaucar a los cibernautas.

México se ha vuelto blanco fácil en los últimos años para las estafas cibernéticas, lamentablemente el departamento a cargo de resolver estas situaciones aún comienza a conocer los métodos necesarios para lidiar con ello. Por fortuna también hay formas de queja y denuncia en grupos o páginas de internet para evitar caer en tan lamentables situaciones.

Sin embargo; el proceso de compra va más allá. Debemos esperar al cartero y si tu presupuesto no es muy alto, tu sobre/paquete vendrá por el servicio convencional (Correos de México), el cual de por si recibe numerosas quejas al día por no cumplir con los resultados esperados por los clientes.

Habiendo tantas empresas de mensajerías, iguales o mejores que Correos de México, el organismo de gobierno sobrevive, pese a los reclamos, su pan de cada día, se mantiene porfiado. Pero no todo es blanco o negro, algunos corren con algo de suerte y se pueden leer comentarios donde los ciudadanos están realmente complacidos con el servicio y citó una frase muy curiosa al respecto: “Yo debería casarme con el cartero, es el hombre que me hace más feliz en este mundo con mis paquetes”. Bueno sería si todos corriéramos con esa suerte.

ROJO.
La principal queja presentada ante correos de México es por la velocidad de entrega. Fuera de temporada decembrina es común  la demora en los paquetes, más de doce días para los nacionales y más de dos meses para los internacionales, a menudo sobrepasa los tres. Somos millones de personas en el país. La cantidad de individuos esperando un paquete supera el número de empleados postales y por si esto no fuera suficiente, es poco común una ciudad con más de una oficina postal.

Si estás esperando tu regalo y vienen por Correos de México, ve jalando una silla o de una vez tu cama para esperar acostado.

EL proceso normal para un paquete nacional, para quienes no lo conocen, es como en el siguiente ejemplo: Si vas a enviar un paquete desde Tapachula a cualquier parte del país, acudes a tu oficina de Correos más cercana, si es caja, ve preparado con una copia de tu credencial de elector, el papel para envolver (no selle su caja antes de salir de casa, eso sería un triste error), cinta diurex transparente (de la gruesa de preferencia), zapatos cómodos y de preferencia su nota de compra o factura por el producto. Entra usted a la oficina postal (ubicada en la 1ª oriente entre 7ª y novena norte en Tapachula, Chiapas), favor de no confundir con TELECOMM, pase a la aduana dentro de la misma oficina (son dos mesitas con empleados de uniforme azul), presente su paquete y copia de credencial, si lo piden muestre ticket de compra o factura, si no es un artículo prohibido ni se toma por contrabando, le darán dos formatos, los llena, cierra su paquete, envuelve, pega el formato, lo sellan, encinta (un exagerado gasto de diurex, a mi juicio) y está listo para enviar. Una vez depositado el paquete en Correos de México, tardará un día o dos en llegar a Tuxtla, de Tuxtla sale a México D.F, donde estará tres o cinco días para ser clasificado y luego se va a la capital del estado destino, ahí pasa unos dos o tres días más y llega a la ciudad destino, pasa uno o dos días extra y sale a reparto, si tiene usted suerte y el cartero conoce la ciudad, llegara pronto. Así nuestro Santa Claus vestido de verde llega para el día de Reyes o quizá después, porque ellos también tienen vacaciones.

Mi consejo: prepare su vesícula o pague una paquetería de mejor prestigio.

Antes de despedirme, un saludo al cartero de mi zona, quien apachurró mi sobre (yo lo vi hacerlo, le dio armonía el plástico de burbujas y cuando lo abrí el contenido se había regado). ¡Feliz Navidad!”.

Denuncias y comentarios: periodistaexal2015@hotmail.com  Cel. y Wts. 962 10 80 934
Tapachula, Chiapas, México; 09122015

No hay comentarios: