“¡CARTERO!... ¿Y MI REGALO?”
INTERESANTE REFLEXIÓN-CRITICA DE PRISCILA.
Exal Baltazar Juan Avila/APyPM
VERDE.
Una interesante
reflexión sobre el servicio que otorga Correos de México llamo poderosamente mi
atención especialmente por la dinámica en que está escrito y que se aprecia en
cada una de sus letras dibujos plasmados. Priscila Villalobos de 23 años de
edad, reflexiona y combina a la perfección una crítica sobre este servicio que
todos utilizamos algún día. Leamos pues lo siguiente:
“En la época
prehispánica cuando el emperador de alguna región contenida en lo actualmente
conocido como República Mexicana, deseaba algún artículo enviaba alguien a
conseguirlo, así fuera de punta a punta o del centro de Tenochtitlán al sur del
hoy puerto de Veracruz, el encargo debía estar en manos del gobernante lo más
pronto posible. El susodicho mensajero iba a pie y corríjanme si me equivoco,
corriendo, sin zapatos como los que hoy utilizamos; tenía que complacer a su
señor, de lo contrario algunas cabezas rodarían.
Con la llegada de
los españoles y el paso del tiempo, todo cambió. En la actualidad ya no existen
esos fornidos mensajeros de velocidad insólita, ahora contamos con Juan, Pedro
y Pepe el cartero en su bicicleta, moto o la camionetita del correo; claro, hay
sus variables, así como existen diversos servicios de correspondencia y
paquetería, varias calidades, tiempo de entrega y obviamente muchos precios.
AMARILLO.
Tratándose de las
compras por internet existen grandes riesgos, si somos susceptibles de las
estafas y productos de mala calidad mientras estamos en un establecimiento
físico, no se puede esperar menos del internet. El vendedor te puede decir
santo y seña del producto pero eso no significa una venta real, poco a poco se
van creando pequeñas mafias al respecto; Corre el rumor en las redes sociales,
sobre la existencia de un conjunto de “vendedores” cuyas fotografías de los
artículos mostradas son totalmente falsas, sus calificaciones positivas y
recomendaciones también, todos están comunicados y se ponen de acuerdo para
embaucar a los cibernautas.
México se ha vuelto
blanco fácil en los últimos años para las estafas cibernéticas, lamentablemente
el departamento a cargo de resolver estas situaciones aún comienza a conocer
los métodos necesarios para lidiar con ello. Por fortuna también hay formas de
queja y denuncia en grupos o páginas de internet para evitar caer en tan
lamentables situaciones.
Sin embargo; el
proceso de compra va más allá. Debemos esperar al cartero y si tu presupuesto
no es muy alto, tu sobre/paquete vendrá por el servicio convencional (Correos
de México), el cual de por si recibe numerosas quejas al día por no cumplir con
los resultados esperados por los clientes.
Habiendo tantas empresas
de mensajerías, iguales o mejores que Correos de México, el organismo de
gobierno sobrevive, pese a los reclamos, su pan de cada día, se mantiene
porfiado. Pero no todo es blanco o negro, algunos corren con algo de suerte y
se pueden leer comentarios donde los ciudadanos están realmente complacidos con
el servicio y citó una frase muy curiosa al respecto: “Yo debería casarme con
el cartero, es el hombre que me hace más feliz en este mundo con mis paquetes”.
Bueno sería si todos corriéramos con esa suerte.
ROJO.
La principal queja
presentada ante correos de México es por la velocidad de entrega. Fuera de
temporada decembrina es común la demora
en los paquetes, más de doce días para los nacionales y más de dos meses para
los internacionales, a menudo sobrepasa los tres. Somos millones de personas en
el país. La cantidad de individuos esperando un paquete supera el número de
empleados postales y por si esto no fuera suficiente, es poco común una ciudad
con más de una oficina postal.
Si estás esperando
tu regalo y vienen por Correos de México, ve jalando una silla o de una vez tu
cama para esperar acostado.
EL proceso normal
para un paquete nacional, para quienes no lo conocen, es como en el siguiente
ejemplo: Si vas a enviar un paquete desde Tapachula a cualquier parte del país,
acudes a tu oficina de Correos más cercana, si es caja, ve preparado con una
copia de tu credencial de elector, el papel para envolver (no selle su caja
antes de salir de casa, eso sería un triste error), cinta diurex transparente
(de la gruesa de preferencia), zapatos cómodos y de preferencia su nota de
compra o factura por el producto. Entra usted a la oficina postal (ubicada en
la 1ª oriente entre 7ª y novena norte en Tapachula, Chiapas), favor de no
confundir con TELECOMM, pase a la aduana dentro de la misma oficina (son dos
mesitas con empleados de uniforme azul), presente su paquete y copia de
credencial, si lo piden muestre ticket de compra o factura, si no es un
artículo prohibido ni se toma por contrabando, le darán dos formatos, los
llena, cierra su paquete, envuelve, pega el formato, lo sellan, encinta (un
exagerado gasto de diurex, a mi juicio) y está listo para enviar. Una vez
depositado el paquete en Correos de México, tardará un día o dos en llegar a
Tuxtla, de Tuxtla sale a México D.F, donde estará tres o cinco días para ser
clasificado y luego se va a la capital del estado destino, ahí pasa unos dos o
tres días más y llega a la ciudad destino, pasa uno o dos días extra y sale a
reparto, si tiene usted suerte y el cartero conoce la ciudad, llegara pronto. Así
nuestro Santa Claus vestido de verde llega para el día de Reyes o quizá
después, porque ellos también tienen vacaciones.
Mi consejo: prepare
su vesícula o pague una paquetería de mejor prestigio.
Antes de
despedirme, un saludo al cartero de mi zona, quien apachurró mi sobre (yo lo vi
hacerlo, le dio armonía el plástico de burbujas y cuando lo abrí el contenido
se había regado). ¡Feliz Navidad!”.
Denuncias y comentarios: periodistaexal2015@hotmail.com Cel. y Wts. 962 10 80 934
Tapachula, Chiapas, México; 09122015
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